El movimiento consciente en un mundo de automatismos

Conoce los beneficios que el movimiento consciente te puede aportar.

Especial columna

Lentitud y conciencia corporal

«En un mundo en el que todo ocurre deprisa, moverse despacio nos va a aportar perspectiva y autoconocimiento».

Control motor voluntario

«Va a ser clave en la modulación de los movimientos más reflejos o automáticos».

Especial cuello

El movimiento consciente

«Nos ofrece la posibilidad de detectar irregularidades y desequilibrios en la conducta motora».

Fast life y repetición

La manera en que vivimos influye en cómo nos movemos

En la ciudad todo ocurre muy rápido. Los días vuelan. La rutina, aunque sea de tu agrado, no deja de ser rutina para tu cerebro. No hay novedad, salvo cuando llega el fin de semana y haces algo distinto.

Para nuestro cerebro esta vida de fast life no es estimulante. En muchos casos, podríamos decir que el estímulo que nos llega es monótono, repetitivo y poco atractivo a ojos de nuestro cerebro.

Propiocepción consciente e inconsciente

La eficiencia energética del cerebro

La propiocepción consiste en la capacidad que desarrollamos para recopilar información del estado de nuestros músculos y articulaciones: elongación de los músculos, postura, colocación en el espacio, movimiento, etc.

Podría decirse, que una persona con una propiocepción muy desarrollada es una persona más conectada con su cuerpo. Lo que desconocíamos hasta no hace mucho, es que contamos con varios tipos de vías nerviosas que conducen la información desde nuestros músculos hacia el cerebro.

Contamos con la vía cerebelosa o propiocepción inconsciente. Ésta vía se encarga de trasmitir información constante, a los centros de gestión de movimientos automáticos o reflejos.  Es la más predominante, pues si observas la forma en que te mueves, la gran mayoría de movimientos en tu día a día son inconscientes: abrir una botella, levantarte de la silla, incluso esa rutina de ejercicios que siempre tiendes a repetir.

La vía hipotalámo-cortical o propiocepción consciente, es una conexión con los centros corticales que gestionan movientos más voluntarios o conscientes. Éstos, suponen un gasto energético mayor para nuestro cerebro, por lo que son minoría. Aún así, guardan una importancia en cómo afectan a nuestra conducta motora y esquema corporal.

La atención va a determinar la propiocepción

La atención es un activo valioso

El mundo que nos rodea está diseñado para robar tu atención. Para las compañías y empresas que quieren venderte cosas, es muy importante llamar tu atención en todo momento y dirigirla hacia sus productos. 

Ser conscientes, despertar y gestionar nuestra atención a nuestro antojo, va a ser determinante en tu felicidad y también, en llegar a la versión de ti mismo que deseas transmitir al mundo.

Si no eres dueño de tu atención, estás a merced de otros. Vas a la deriva.

Consciencia y atención

Para saltar del movimiento automático al movimiento consciente es necesario prestar atención.

Tenemos la capacidad de dirigir el foco, como si de una obra de teatro se tratase, para prestar atención a ciertos detalles que queremos destacar para nuestro cerebro.

Es dificilísimo prestar atención en aspectos en los que nunca hemos puesto el foco. El cuerpo es uno de ellos. Suma, que en un mundo en el que más es mejor, existe la creencia de que la multitarea y el hacer muchas cosas, es aprovechar el tiempo.

El resultado lo estamos viendo: desconexión del cuerpo, falta de conciencia corporal, propiocepción pobre y un escaso control de los movimientos voluntarios.

¿Cómo sentir el contacto con el suelo, la temperatura, la textura del mismo, las posibles irregularidades del terreno, etc., cuando corremos porque llegamos tarde al trabajo y llevamos un calzado que nos aisla del suelo que pisamos?

Demasiado movimiento inconsciente

Poca conciencia corporal

¿Alguna vez has realizado ejercicios de conciencia corporal? Es muy entretenido poner el foco en nuestra postura corporal y observar posibles asimetrías.

Regálate tiempo

En el movimiento pausado, voluntario, y consciente podemos acceder a sensaciones, matices e información sobre nuestro cuerpo, que antes nos percibíamos en el movimiento rápido.

El movimiento es cambio

Moverte de forma consciente implica estimular la parte más evolucionada de tu cerebro, implica  intención e inteligencia.

Observa tu postura corporal

Tan sólo dedicando un poco de tiempo diario, a escuchar tu cuerpo, ya puedes generar un gran cambio.

Presta atención a tu postura corporal, obsérvate un poco en el espejo. Trata de sentir cómo tus piés contactan con el suelo, dónde recae el peso de tu cuerpo sobre ellos.

¿Como sientes tus caderas? ¿Tus hombros están hacia delante o hacia atrás? ¿Cómo está colocada tu cabeza con respecto a la columna? Son preguntas que nos ayudan a poner el foco en nuestra postura inconsciente. En realidad, al dirigir nuestra atención, estamos diciéndole a nuestro cerebro que para nosotros nuestra postura corporal importa.

Sintoniza radio cuerpo

Cuando empiezas a sintonizar el canal de radio de la propiocepción consciente, empiezan a llegarte mensajes distintos, nuevos.

A partir de aquí, todo cambia para ti. Comienzan a llegar matices nuevos, que antes no recibías, porque claro, las emisora que escuchabas, eran otras.

Empiezan en tu cabeza a aparecer preguntas como: ¿cómo me muevo? ¿igual en este lado del cuerpo que en el otro? ¿cómo me siento al hacer este gesto? ¿sensaciones cuando muevo mi mano? etc..

Es una puerta que te invitamos a abrir. Es un camino que todo ser humano debería recorrer. La cuestión es que, en el mundo urbano en el que vivimos, el contexto nos invita a todo lo contrario. ¿Porqué? eso lo comentaremos en próximos artículos.

Ventajas del movimiento consciente

  1. Mayor control motor voluntario y mayor regulación del movimiento involuntario.
  2. Menos tonicidad en las zonas centrales del cuerpo, mayor libertad de movimientos en caderas y espalda.
  3. Menos compensación neuromuscular.
  4. Mejor equilibrio en las tensiones musculares de cada ariculación.
  5. Menos molestias y dolores corporales.
  6. Emociones positivas derivadas de movernos bien.
  7. Mayor conocimiento de nosotros mismos. Mayor conexión con el cuerpo.